Quique Camoiras en sus comienzos trabajo junto a su hermano Paco como payasos musicales.
QUIQUE
CAMOIRAS
Quique
Camoiras era un hombre grande, ahí donde lo veíamos tan bajito.
Pienso que era así, bajito, para hacernos reír aun más si cabe.
Se
pasó la vida de comedia en comedia hasta los ochenta años que
empezó a estar más por casa que por los escenarios.
En
los escenarios estuvo incluso el día que los “Sonotones” del
público mayor se le acoplaban al equipo de megafonía.
Sagitario
comilón que no entendía el “guisao” sin vino, ni la cama sin
colchón.
Estudió
solfeo, piano y armonía porque su sueño hubiera sido ser director
de orquesta “Porque te ponen un cajón para que te subas y te vean
mejor” Adoraba la ópera y la rosa “aunque pinche” Le hubiera
gustado vivir en la Grecia clásica y hacer cine junto a Jack Lemon y
Amparo Rivelles. Admiraba a Cantinflas y a Charlot.
“Sobre
política no hablaré, solo decirte que los políticos nos han
quitado muchas horas de televisión a los cómicos”
Hizo
cine y fue payaso, pero sobre todo fue un hombre por y para el humor
que amaba su profesión.
Descanse
en paz el hombre del escapulario del Carmen que no se quitó de
encima desde que se lo pusieran las Carmelitas de la plaza de España
en Madrid cuando hicieron una visita al convento con el colegio.
Más
de sesenta años de escenarios, luces y risas echan hoy el telón.
Adiós
amigo.
Gracias
Maestro.
Manuel
Royo.
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