lunes, 4 de febrero de 2013
DAVID LARIBLE EN PRICE
EL ESPECTÁCULO
El espectáculo es la metamorfosis de un hombre en payaso y de nuevo en hombre. La suma de las mejores
creaciones de David, fruto de años de experiencia en los escenarios de todo el mundo: desde la pequeña
pantalla, hasta la escuela de la vida del clásico circo italiano, pasando por las grandes y robóticas arenas
americanas y sudamericanas, hasta los más prestigiosos teatros de prosa. Pero no es sólo esto, se trata, ante
todo, de una confesión artística de David, un retrato sincero de su máscara y del hombre que la lleva puesta;
en definitiva, un pequeño manual de risa y poesía.
En el espectáculo David quiere evocar el mundo del payaso en su aspecto más íntimo y realista, pero sin
dejar de ser poético. Alterna gags visuales y canciones. Toca cinco instrumentos musicales, partiendo del
repertorio clásico de los payasos pero a la manera de los Cómicos del Arte, aportando decisivas
innovaciones.
El espectáculo es la puesta en escena fluida y coordinada de sus mejores números. David seduce y
conmueve. Conmueve por la simplicidad, por la naturalidad con que delante de nuestros ojos plasma la
realidad de todos los días, haciendo que pierdan su valor serio y cotidiano. Al final de esta aventura, el
público se mira sonriente al reconocer las cosas cotidianas que brillan con luz propia y que descubrimos a
través de la nariz del payaso.
David Larible sabe ganarse al público cuando se dirige a la platea y escoge al espectador que sabe mirarle a
los ojos; le saca a pista, le hace cómplice y le deja participar como uno más en el espectáculo. Con ésto
consigue que cada show sea diferente, único e irrepetible. Es el payaso de los payasos por la espontaneidad e inmediatez con que se relaciona con el público.
El espectáculo crece por momentos, en cuanto a emociones se refiere, creando una atmósfera de
participación que se palpa con las risas de complicidad entre el público asistente. Y David es profundamente
consciente de ésto: “Te sientes parte de algo cuando ríes… riendo no nos sentimos solos”.
Cuando Larible consigue que el espectador abandone su máscara, él también abandona la suya,
convirtiéndose en un hombre cualquiera.
Con el alma del payaso… el payaso de los payasos.
Jerry Lewis:
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